jueves, 17 de febrero de 2011

Corina Porro: deshumanizaciones de todo a cien y peligrosas

El 12 de noviembre de 2005 se produjo un acontecimiento en la ciudad que no fue todo lo maravilloso que nos vendieron: la Volvo Ocean Race, un evento marítimo de gran importancia que para los medios (que era lo realmente importaba) pasaron de nosotros y el gato al agua se lo llevó Sanxenxo.

Para ello peatonalizó y semipeatonalizó las calles del primer ensanche y posteriormente casi todas las del centro; las relevantes eran la Plaza de Compostela, García Olloqui, Luis Taboada, Castelar, Pablo Morillo, Carral, Marqués de Valladares, Darío Álvarez Blázquez, Victoria, Reconquista y Velázquez Moreno. En esas calles aparcaban cerca de mil vehículos pagando el ORA, ahora solo aparcan en las escasísimas plazas de carga y descarga que dejaron, además abriendo todas las calles a la vez trastornando a los ciudadanos de manera patética.

Además solo se cambió la superficie y se estropeó más de lo que ya estaba la red de saneamiento, que tiene cerca de cien años. Y el resultado es que esa zona se inundaba cada vez que llovía de más, sobre todo desde que taparon las salidas de los desagües y a ver como están los bajos de los emblemáticos edificios que como algún día se venga alguno abajo arde Troya.

Además esas deshumanizaciones fueron pagadas con dinero de la Zona Franca, que aún estamos devolviendo y cascan cada dos por tres, en la última en uno de los baches había un agujero que cubría toda la calle y tenía un metro y veinte de profundidad. Y sigue igual, porque hay que ser redomadamente imbécil para adoquinar calles por donde pasan camiones y autobuses a todas horas y cuando cierra el túnel de Beiramar son la única alternativa. En fin, y nadie se va a atrever a arreglar el desaguisado.

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