jueves, 21 de agosto de 2008

Copio y pego esta reflexión:No tiene desperdicio

''dijeron cómo tenían que expresarse los niños en el colegio, pero como yo ya no era un niño, no protesté. Aprovechando la imposición lingüística les convencieron de que mi país no existía, de que era una entelequia administrativa destinada a la extinción, y borraron su mención de todos los textos escolares. Al mismo tiempo dijeron qué lengua tenían que usar los funcionarios y cuál no podían usar, pero como yo no era funcionario sentí un secreto regocijo. Luego impusieron la lengua a todos los trabajadores del sector público, pero yo no dije nada: allá ellos; luego empezaron a condicionar a las empresas, alterando la libre competencia mediante incentivos absurdos, justificados en que la discriminación por razón de lengua era "positiva", pero tampoco protesté. Gastaban cada año ingentes recursos públicos en convencernos de que nuestros hijos tenían que nacer “en gallego” y recibir alguno de los nombres autorizados por la tribu; de que debíamos testar en una lengua y no en la otra, y enterrar a nuestros muertos bajo mármoles que demostrasen, después de la guerra de las galaxias, que aquí habían alcanzado el poder una vez unos tales Anxo Quintana y Bieito Lobeira, y habían impuesto una estúpida linguocracia, … y me limité a reír, displicente, superior y ajeno. Ahora también aprietan mi garganta, pero ya no queda nadie que proteste por mí … ”

1 comentario:

derechasocial dijo...

Muy bueno poco a poco van imponiendo la dictadura liguistica y politica en lo que antes se llamaba España.