lunes, 12 de octubre de 2009

El genocidio ecologista de 1972

La gente que me conoce sabe por qué le tengo una manía cuasi obsesiva contra los ecologistas, hasta tal punto de convertirlos en el colectivo que más odio.

Probablemente la mayor causa sea la prohibición del DDT en 1972, uno de los mayores genocidios que se conocen. Rachel Carson (instigador) y William Ruckelshaus (juez que lo prohibió) son ASESINOS Y GENOCIDAS, y deberían ser juzgados como tales.

¿En que me baso para hacer semejante acusación?. En que si fuera por el DDT se podrían haber evitado cerca de 100 millones de muertos de países pobres por causa de la malaria, pero el mundo tan injusto en el cual vivimos ha hecho que la gente pase de esto y le importe una mierda la vida humana, lo más importante que hay.

Al prohibirlo se basaron en que era cancerígeno y que provocaba la muerte de pájaros y peces. ¿Cuantas cosas cancerígenas hay por ahí que no se prohiben?. Por ejemplo, los sprays de limpieza, tan usados y cancerígenos, pero poco movimiento veo para prohibirlos. O el tabaco, cancerígeno y mortal, pero las regulaciones que se ven solo son para que el Estado saque tajada. O muchos tipos de alimentos cancerígenos...

En cuanto a que mata aves y peces ¿Acaso es más importante la vida de un animal que la de un hombre?. Muchos ecojetas dirán que sí pero los que estamos en sano juicio diremos que no hay nada más aberrante para un ser humano que matar a otro.

Y por si nadie lo dudaba ¿Que derechos tiene un animal?. Pues los que nosotros le demos.

Otras cosas más secundarias por las cuales odio a los ecologistas son por el odio al ser humano que despiertan (desarrollo sostenible, lucha contra el calentamiento global - de vacaciones - ), manipulación, grupos de presión (Greenpeace, Ecologistas en Acción) y mucha, pero mucha mierda que esconden estos enemigos del progreso.

5 comentarios:

S. Cid dijo...

A estos ecojetas les importa todo un colín, incluido el medioambiente, pero de algo tienen que vivir, y ¿cómo van a conseguir subvenciones si dan la brasa con la extinción del caracol tulipanero o la hormiga curranta?

Pues eso, a dar la vara, apoyar a ZP cuando sea menester y, a cambio, llenarse los bolsillos de pasta y vivir del cuento.

Saludos.

S. Cid

Alawen dijo...

Gran verdad,
Pero, como siempre, a los ecologistas les preocupa más el mosquito que la gente que mata la malaria.
Ya te imaginarás que a mí tampoco me gusta mucho este colectivo...

Abrazos.

posodo dijo...

Lo malo es que esta gente muy difícilmente madura: siguen igual de verdes que hace cuarenta años.

Miguel A. dijo...

Gran post tío, te felicito.

Saludos.

Persio dijo...

Un asunto que debería estigmatizar para siempre al movimiento ecologista, como el nazismo, y que sin embargo es muy poco conocido.

Un saludo