Si, es cierto, le tengo un odio irrefrenable a estas fiestas. Pero, que le vamos a hacer.
Por razones personales no celebro la Navidad porque me parece que es una fiesta que no me representa para nada y me parece una absoluta pamema llena de ideas vacías, de gilipolleces como lo de Papá Noel y los Reyes Magos, tradiciones desfasadas y buenismo espiritual propio de una secta como la Iglesia.
Sin embargo, pienso que a la gente que le guste este panorama desolador con angelitos y lucecitas por la ciudad subvencionadas que no solo no decoran, sino que desembellecen el paisaje sobre todo de día pues nada que decir. Solo le digo que le deseo que se lo pase bien y que lo disfrute.
Y a ver si dejamos de tomarnos esto con una importancia desmesurada, que lo único que hacemos es fomentar el consumo para las malvadas multinacionales que nos quieren dominar de mala manera con sus papá noeles y demás decoración amoral e impropia del Estado progresista en el cual nos encontramos.
Y recordad, la revolución acabará cuando los obreros establezcamos un sistema bajo el cual vivamos de puta madre a costa de los ricos y a cuenta de la subvención.
Firmado, D1917
jueves, 24 de diciembre de 2009
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